Cuando cuidas tu alimentación no sólo mejora tu salud sino que el medio ambiente también se ve beneficiado. Un ejemplo claro es el paisaje rural agrario que está totalmente relacionado con nuestra dieta y los alimentos que consumimos.
La dieta influye sobre problemas de sostenibilidad ambiental como el cambio climático, la biodiversidad, los recursos naturales, erosión del suelo, escasez del agua, las desigualdades sociales y, como no, la salud pública.
Algunos estudios a nivel europeo han demostrado que la comida y la bebida supone entre el 20% y 30% del impacto ambiental debido al consumo humano :O
El sistema alimentario actual no se puede considerar sostenible, por lo que algunos organismos están poniendo en práctica diversas estrategias que den a conocer la llamada "dieta sostenible".
Las dietas sostenibles tienen en cuenta no sólo cuestiones puramente ambientales (protegiendo y respetando la biodiversidad y los ecosistemas), sino que también tiene en cuenta el derecho fundamental a la alimentación. Según la FAO las dietas sostenibles garantizan el alimento a generaciones futuras y generan un impacto medioambiental negativo mínimo.
Seguramente has oído hablar de la pirámide alimenticia, y...¿de la doble pirámide alimenticia?
Cuando evaluamos los alimentos en función de su impacto ambiental sale una pirámide invertida con los alimentos con mayor impacto ambiental negativo (mayor huella ecológica) en la parte superior y los de menor impacto en la inferior.
Si ponemos la pirámide de los alimentos, donde aparece representados los alimentos en función de su impacto positivo sobre la salud y se coloca al lado la pirámide ambiental, aparece la "doble pirámide" demostrando también que los alimentos cuyo consumo es más recomendado son también los que tienen un menor impacto ambiental negativo.
Fuente: Barilla Center For Food Nutrition |
Una alimentación o "dieta sostenible" se basa en alimentos producidos a nivel local, haciéndolos disponibles, accesibles, asequibles,seguros y nutritivos para todos, protegiendo los ingresos de los productores y otros trabajadores, así como la cultura del consumidor y de las comunidades.
Como puedes ver una alimentación sostenible es saludable a la vez que nos permite respetar la biodiversidad, los recursos naturales, los ecosistemas,... y, además es justa y asequible.
¿Te apuntas a la "dieta sostenible"?
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